Sobre todo lo demás, Dios es conocido como “el Creador”.
Podemos hablar de Sus atributos comunicables e incomunicables, de Su existencia como una Trinidad o de mil otras cosas tan interesantes, pero una cosa es cierto: Él es Creador. Esto es algo universal: Todo ser humano sabe que existe un Dios y que este Dios es el Creador. Aunque Él es Espíritu (y por lo tanto invisible), todos sabemos que hay un Creador porque todos podemos ver Sus obras en la creación.
Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. [Rom 1.19-20]
Es el argumento de siempre: Si vemos una casa (una construcción) sabemos que alguien la hizo (un constructor). Y así es con todas las cosas hechas: Dios las hizo.
Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. [Heb 3.4]
Es por esto que muy a menudo en el evangelismo empezamos hablando con los inconverso acerca del “Creador”, porque todos saben que hay un Creador y es bíblico empezar desde aquí. Aquí podemos sacar un tiempo para tratar con algo que casi siempre surge en este contexto.
Al hablar con los inconversos acerca del hecho que “toda cosa hecha tiene un hacedor”, suelen preguntar algo como:
“Bueno, entonces, ¿quién hizo a Dios?”
Esta pregunta es bien común y por lo tanto debemos saber cómo contestarla. Y no tiene que intimidarnos porque es fácil de contestar.
- La respuesta: “Nadie”. Nadie hizo a Dios.
- La explicación: Toda cosa hecha tiene un hacedor y toda cosa creada tiene un Creador.
¿Tienen que tener todas las cosas un Creador? ¿Son todas las cosas hechas o creadas? No.
Dios es eterno e infinito; no es una criatura—no es ni hecha ni creada.
Es el Creador. Sólo las cosas que tienen comienzo (principio) tienen también alguien que las comenzó.
Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. [Sal 90.2]
Así que la próxima vez que alguien le hace la pregunta, “¿Quién creó a Dios?”, usted puede responderle como Jesús respondía a Sus críticos: ¡Con una pregunta! Hágale esta pregunta: “¿Tienen que tener todas las cosas un Creador?” Obviamente no porque sólo las cosas creadas necesitan un Creador (y Dios no es una criatura sino el Creador).
Sólo las cosas que tienen principio necesitan una “primera causa”, y Dios es eterno—Él no tiene ni comienzo ni fin; es eterno e infinito. Él es la “primera causa” de todo porque lo creó todo (y lo creó de la nada…).